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Sumergida en tu dulzura

Sumergida en tu dulzura

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Introduction
Mia, la hija ilegítima de los Qiao, quien fue obligada a casarse para salvar al negocio familiar con, Alfred Xi, el hombre más pretendido de la ciudad. Para ella, ellos son como extraños bajo el mismo techo, sin embargo, personas que quisieran lastimarla se llevaban sus merecidos, todo gracias a Alfred. Sabiendo que había una gran diferencia entre ellos, Mia quería separarse de él, sin embargo, él la abrazó y le dijo: “¿Cómo podría dejar ir a la mujer que me enamoré a primera vista?”
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Chapter

A las cinco de la tarde, Mia Qiao tomó un taxi hasta la casa de Qiao que estaba en el número ocho de la calle Yunjin. En cuanto entró, vio un Porsche de color rojo estacionado en el patio, el cual tenía un moño en la parte delantera. Supuso que este debía ser el regalo de cumpleaños número veinte de la pequeña princesa de la familia de Qiao. Al recordar que poco tiempo atrás dicha familia había tenido una crisis económica, no pudo evitar reírse burlonamente.

Al entrar en la casa, varios empleados estaban ocupados, preparando la cena de cumpleaños de Ann Qiao. Cuando Zhang, una de las empleadas, vio a Mia llegar, se apresuró a recibirla y le dijo sonriendo: "¡Señorita, por fin volvió!".

Mia asintió, miró a su alrededor y preguntó: "¿Dónde están mi papá y la señora Jessie?".

Zhang no respondió nada, pero señaló el segundo piso. Mia frunció el ceño y se percató de que unos ruidos provenían del piso de arriba.

Conforme subía las escaleras, el ruido se intensificó haciéndose más claro. La puerta de la habitación de Ann estaba entreabierta y Mia miró hacia adentro a través del hueco...

"No me importa, ¡me mentiste! Dijiste que el señor Xi era un hombre de treinta años, calvo y con una enorme barriga. Hoy lo vi, ¡y eso no era cierto!".

Ann lloró con gran desesperación. Recordó que esta mañana, en la celebración del ochenta aniversario de la escuela, el presidente de Grupo Hengtai, fue un invitado especial y subió al escenario para dar un discurso. Ella no podía creer que el fuera el mismo hombre que describían sus padres.

El hombre al que ella vio, era alto, guapo y encantador. Pero lo más importante de todo, era que se convertiría en el sucesor de la familia Xi y con ello sería dueño de cientos de millones en propiedades familiares.

"¿Por qué quieres que Mia se case con él? ¿Por qué no puedo ser yo quien lo haga? ¡Ella no es más que una hija ilegítima!". Ann miró a sus padres con el rostro desganado.

"¡Niña tonta, hacemos esto por tu propio bien!". Jessie Fu se sentó al lado de su hija y le secó las lágrimas.

"¿Cómo puede ser esto por mi bien? ¡A tus ojos, no soy tan buena como esa hija ilegítima!". Ann apartó con rabia a su madre, y lo hizo con tal fuerza que Jessie se tambaleó y por poco se cayó.

"¡Ya basta!". Al ver que su hija estaba haciendo un berrinche, a Andrew Qiao se le acabó la paciencia y le gritó: "Eres demasiado joven para entenderlo. ¿Acaso crees que no tenemos planes para ti?".

Ann estaba a punto de responderle, pero Jessie se lo impidió. "Ann, no te metas en problemas, ¡debo advertirte que un matrimonio entre un Qiao y un Xi no duraría mucho!".

Andrew miró a Ann, la cual estaba confundida, y dijo con lentitud: "A pesar de que ambas familias tenemos un contrato matrimonial, ahora los Xi están muy por encima de nuestra posición. Mia no vivirá bien cuando se case. Además, el señor Xi es demasiado astuto y nadie lo abatirá fácilmente. Él prometió casarse, pero se negó a hacerlo público, solo lo hizo por respeto a su abuelo y para no desobedecerlo. Pero el anciano...".

Al hablar de eso, Andrew no pudo evitar suspirar. "Ya le pregunté al médico de la familia Xi y dice que su abuelo, vivirá como máximo dos años más. ¡Para entonces, el señor Xi nos echará fácilmente!".

Cuando escuchó eso, Ann se quedó atónita y comentó: "Papá, ¿quieres decir que...?".

Andrew negó con la cabeza y agregó: "Todavía eres muy joven. Hay algunas situaciones de las que no te das cuenta y no te culpo. Sin embargo, recuerda no decirle a nadie lo que te dije, o ¡perjudicarás a la familia!".

Él no olvidaba, que había sido por el apoyo financiero de los Xi, que habían logrado salir de su anterior crisis económica.

"Sí, querida, sé considerada. Ya te encontraremos luego un hombre joven, guapo y con una sólida formación familiar, ¡será mucho mejor eso, a que te conviertas en la mujer dejada por un hombre de la familia Xi!". Jessie dijo rápidamente. Su pequeña hija debía casarse dignamente, ¡no podría vivir toda su vida sin un buen hombre a su lado!

Mia estaba afuera de la puerta y se decepcionó mucho con lo que escuchó. Aunque todos estos años había soportado que tanto la madre como la hija la intimidaran, cuando se enteró de que el plan que tenía su propio padre biológico también estaba en su contra, la última esperanza que guardaba por esta familia se desvaneció.