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Amor para Siempre

Amor para Siempre

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Introduction
Eligió el matrimonio para vengarse de la mujer que más odia en el mundo. Sabe que le quiere, por eso le trata con maldad. Aunque está embarazada le obligó a abortarlo, a renunciar lo que ella más quiere y expulsarla del país. Pero cuando ella desapareció de su mundo, él….
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Chapter

"¡Firma el divorcio!", exclamó Nathan con gran frialdad mientras agarraba a Ronaim del cabello.

"¡No quiero!", respondió ella quien yacía en el suelo mordiéndose los labios con obstinación.

"¡No me hagas repetírtelo!” Nathan tiraba de su cabello con tanta fuerza que parecía que le iba a arrancar el cuero cabelludo.

"¡Nathan, no quiero que nos divorciemos!”, sollozó Ronaim. Al sentir su aroma, se volvió hacia sus brazos y lo tomó de la cintura. "¡Nathan, te amo, te amo!"

"¡Qué mujerzuela! ¿Tanto deseas a los hombres?", preguntó Nathan con desdén.

Esa frialdad la hizo temblar, pero no se dio por vencida. Ella quería un bebé pues

pensaba que quizás un niño podría salvar su matrimonio.

"¡Nathan, te quiero!" Buscó a tientas el hombro de su esposo mientras se sentó en su regazo. Sacó la lengua, le lamió los labios con suavidad, como si no fuera suficiente, los mordisqueó.

La dulce fragancia de Ronaim excitó a Nathan. Con ojos ardientes de deseo, la levantó y le dijo: "¡Ya que me deseas tanto, te complaceré!"

La cargó en sus brazos y la llevó al dormitorio, la tiró en la cama, y después de arrancarle le la ropa se abalanzó sobre ella.

Un dolor desgarrador la hizo gritar y su cuerpo se encogió involuntariamente. Frunció el ceño con fuerza pues esta era su primera vez y no soportaba la tortura de Nathan.

"¿No era lo que querías? ¿Ahora no puedes?" Ronaim se sentía muy humillada con cada movimiento de Nathan contra su cuerpo. Él, pellizcándola en la barbilla con rudeza, le dijo amenazante: “Si no aceptas el divorcio, ¡te prometo que seguiré haciéndote esto y te haré vivir un infierno todos los días!”

Ella soportó en silencio y, a pesar de sentirse herida, en su rostro se dibujó una sonrisa. Por fin, después de tres años de matrimonio as*xual, Nathan la tocaba con tal de conseguir el divorcio.

Por su parte, Nathan no se apiadó de ella.

Sorprendido de que su esposa fuera virgen aún, se preguntó: ‘No es que todos los que son parte del mundo del espectáculo se acuestan con tipos influyentes con tal de alcanzar el éxito?’ Frunció el ceño y se dijo: ‘¿Cómo ha logrado mantener la virginidad? ¡Ja, una mujer puede convertirse en una superestrella sin vender su cuerpo! Debe ser muy hábil para tratar con la gente’. Y, al pensarlo, fue más despiadado y brutal devastando el tierno y delicado cuerpo de Ronaim.

"Nathan, ¿le harías esto a Ko-Hsin también?", le preguntó cuando logró abrir la boca. En respuesta, él se movió con más brutalidad entrando y saliendo de su cuerpo. Miró al hombre que tenía sobre ella y le dijo: "¿No puedes ser un poco más gentil?"

"¡Ja!", dijo Nathan en tono burlón. Puso las manos en la cintura de su esposa y le preguntó con mucho desprecio: "¿Por qué crees que tengo que tratarte con gentileza?

¿Cómo se atreve una z*rra como tú a compararte con Ko-Hsin?”

Ronaim sintió que su corazón daba un vuelco. Tenía razón. ¿Cómo podía compararse con el lugar que Ko-Hsin ocupaba en el corazón de Nathan? Habían crecido juntos desde niños y se querían desde hacía veinte años. No podía competir con ella. Cerró los ojos y soportó en silencio.

"Mujerzuela, ¡no actúes así!", le dijo dándole una bofetada pues su actitud lo enfureció mucho.

En este momento, sonó el teléfono. Era Ko-Hsin quien lo llamaba y le dijo: "Nathan, acabo de desmayarme. Estoy en el hospital. Estoy muy asustada".

Con una voz muy suave y despojada de frialdad, le dijo: "Ko-Hsin, espérame. Voy para allá".

Tiró el teléfono a un lado, levantó de las nalgas a Ronaim y salió de ella.

"¿Tanto le quieres hasta el punto de divorciarte?" preguntó burlándose.

"¡Por supuesto!" Nathan la tiró al suelo y Ronaim cayó hacia atrás golpeándose la cabeza contra la pared. Él la miró con disgusto y le dijo: "Tú me enfermas". Cerró la puerta de un golpe y desapareció del chalé. Las lágrimas brotaron de los ojos de Ronaim de inmediato.